jueves, diciembre 10, 2009

A mí su último disco no me parece tan malo

Estos días tengo a Zoe en casa, de paso hacia otra parte, como siempre. Siempre en tránsito. De hecho, si me pidiesen que definiese nuestra relación con una sóla palabra, esa palabra sería "maleta". Esta vez a Zoe le ha dado por decir que tiene los labios finos, y no porque ni uno sólo de sus genes haya nacido por debajo del paralelo 40N sino porque no da los suficientes besos, así que ahora anda repartiéndolos a diestro y siniestro. La llevo a casa de mis padres y les da cien besos a cada uno, bajamos a tomar un café y le da cuatro besos al camarero. Y al niño de los del tercero, al dentista, a la panadera, a la chica que reparte publicidad, al quiosquero y a la señora de la farmacia. Besos para todos. Hoy he llegado a casa y ahí estaban las tres, Zoe, Diana y mi hermana, tomando un té. Habían quedado para ir de compras. Y ha salido el tema de los besos y a mi natural antipático han reaccionado besándome Zoe por un lado y Diana por otro, mientras Eva, que sabe lo mucho que sufro las demostraciones espontaneas de cariño, lo celebraba a carcajadas, la muy asquerosa. Luego se han puesto sus abrigos y se han ido, y si me pidiesen que definiese con una sóla palabra lo que he sentido al verlas salir juntas no podría, pues lo que he sentido era más bien una pregunta: ¿y cómo demonios me las he apañado para llegar hasta aquí?.
Cuando se han ido me he dedicado a rematar unos trabajos pendientes, porque me conozco y sé que en breve llegará el vendaval y con el vendaval el quedar como el culo con todo el mundo, y la verdad es que me ha cundido. Un buen día. Luego han vuelto a casa las señoritas con un montón de bolsas, me han traído una bufanda preciosa en dos colores, #20B2AA y #87CEFA, y hemos estado hablando de las fiestas que se avecinan. Diana ha dicho que las va a pasar en Huelva con su madre que está pachucha (mentira, se va para evitar que le salpique), y Zoe ha dicho que ella las tiene que pasar en Malta, pero que aunque no tuviese ningún compromiso antes prefiere coger un hacha y cortarse un brazo a la altura del codo que pasarlas conmigo. Y, joder, me ha parecido todo tan bonito que he estado a punto de echarme a llorar. De hecho, si ahora me pidiesen que definiese el amor diría que es exactamente eso: el saber cuando toca estar y cuando toca apartarse.

6 comentarios:

  1. Estoy de obras. Me he puesto a desmontar el mueble, y ahora me falta madera y me sobran tornillos. Mierda Ikea.

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  2. Siga, siga Vd remozando, ¿tiene pensado cambiar tambien todo este blanco?

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  3. ¿unas manitas de pintura roja de norte a sur?

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  4. No se preocupen mucho por el colorido, que este sistema de comentarios no me gusta y creo que también me lo voy a cepillar de un momento a otro.

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  5. Del ikea dice. No cuela. Yo sólo te veo yendo allí para intentar comprar una colección de libros en griego o ruso que tienen en las exposiciones.

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