Ayer vino a visitarme un colega de Barcelona y salimos a beber. Estuvimos hablando de moda. El se dedica a la moda.
- El de la moda es un campo vibrante, que cambia a cada segundo.
- Vaya.
- Y es un campo despiadado, en el que si cierras los ojos un instante te quedas fuera.
- Vaya.
Luego estuvimos hablando de cine. El se dedica al cine. A la moda dentro del cine.
- El del cine es un campo vibrante, que cambia a cada segundo.
- Vaya.
- Y es un campo despiadado, en el que si cierras los ojos un instante te quedas fuera.
- Vaya.
Luego pidió que nos fuésemos de putas. A mí no me gustan mucho esas cosas, pero mi labor como anfitrion me obligaba a acompañarle. Fuimos a un garito en el que pedimos whisky con coca-cola. Cuando al poco se subió yo me quedé en la barra comiendo panchitos. Una puta bajita y feucha se sentó a mi lado.
- Hola, me llamo Nuria.
- Hola Nuria.
- ¿Por qué estás triste?
- No es tristeza, si acaso melancolía.
- Pues si quieres te la chupo, a ver si se te pasa.
Eso es. Qué fascinante asociación de ideas. ¿Que tu mujer se fuga con el dueño de la mercería?, pues ve a que te la chupen. ¿Que descubres que tu novia de los dos últimos años nació llamándose Manolo?, pues ve a que te la chupen. ¿Que tu abuela demente abraza el fundamentalismo y se inmola en el Starbucks de la esquina?, pues ve a que te la chupen.
miércoles, marzo 14, 2007
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