martes, octubre 10, 2006

Being Natalia Verbeke

El verdadero problema de cortarse el pelo no reside en el mero hecho de cortárselo. El problema está en que luego te guste como te queda.

Hay días, semanas, en los que encontrar sinónimos supone una tarea titánica, y el negarse entonces a acudir al wordreference se convierte no sólo en cuestión de resistencia semántica, sino en declaración de principios. Tener mucho que decir pero no encontrar la forma adecuada de hacerlo supone en el fondo un problema de naturaleza mucho más íntima de lo que pudiera parecer, porque quien no acierta a encontrar las palabras que reflejen el sentimiento que quisiera plasmar lo que en el fondo demuestra es que no sabe bien qué decir. El hecho de que el paladar me pida en este punto utilizar el vocablo 'numismática', así, de la forma más inconveniente y sin venir a cuento, supone tan sólo un síntoma más, un síntoma que sumar a otros cuantos, como el tan reciente odio irracional a los rectángulos de proporciones aureas o el rechazo instintivo a los jerseys de pico. Les parecerá una tontería, pero les aseguro que no lo es. Y que no, que les digo que lo mío no es falta de perspectiva, y ya que estamos tampoco de ambición, aunque también. No, lo mío es pereza, pura y dura. Y que ya está, que ya lo he dicho: pe-re-za, sí, el auténtico vórtice tragalotodo de nuestro tiempo, el influjo bajo el cual han perecido tantas y tan brillantes psiques de nuestros días. Y no es que pretenda compararme con nadie, pero si uno no es capaz de igualarse a aquellos a los que admira en la cima de sus virtudes, qué menos que tratar de medirse en la sima de sus defectos, ¿o no?. Y vale, que sí, que siempre queda la impostura, claro, esa que en las circunstancias más extremas es capaz de mitigarlo casi todo, esa que rodeada de las dosis adecuadas de cinismo para con uno mismo y habilidad para el plagio es capaz de asemejarse a una verdad. Pero con eso hoy como que no basta. No, no en un día como hoy, en el que lo que apetece es asomarse al balcón y gritar algo grueso y si se tercia saltar, aunque sea hacia adentro.

Al que todo esto le resulte ajeno y hasta inconveniente, pues nada, que desfile, que aquí no damos facilidades de pago. Que apriete el rewind y se vuelva a un Septiembre cualquiera, que allí se está calentito. Y, bueno, que por lo demás, la salud, la familia y eso, todo bien.
blog comments powered by Disqus