lunes, noviembre 28, 2005

Cerveza, mentiras y cintas de video

Esas que se ven en la fotografía deben de ser las únicas cervezas que no me he bebido en estos tres días. Whiskeys creo no he dejado ni uno, ni escocés ni irlandés. Y no, no es que pretendiese castigarme la envidiada figura (yo para buscarme la ruina opino como Roberto Heras: química, química), no, es que hay veces que las cosas salen como salen, y para qué darle más vueltas, es el precio que hemos de pagar aquellos que no sabemos decir no. Ahora estoy en casa con una resaca de las que te dejan el flequillo chupao tratando de establecer si en realidad la morenaza burgalesa del viernes se parecía a Desiree Cousteau, que fue el punto que me dió en el fragor de la batalla, o si aquella mezcolanza descomunal de lúpulos y maltas me acabaron jugando una mala pasada, que verás como sí. Mientras divago, escucho en un loop interminable el 'Double Figure' de Plaid, y no porque me encante, que también, sino porque se le acaban de pirar las pilas al mando del CD y por mis cojones que yo de este sofá no me muevo en dos días. El mando del video sí funciona, y en el reproductor tengo un viejo VHS con la gloriosa 'Sensations' de Lasse Braun, así que procedo a entregarme a la lujuria más primitiva y al asombro casi religioso que me produce contemplar a la espléndida hembra que en aquellos momentos era Brigitte Maier, poseedora del más hechizante huequito entre los dientes que haya parido madre. Ah, y el móvil lo tengo en otra habitación, así que tampoco me llameis.
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