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- Qué, ¿te apuntas?
- Pues mira, no.
En otro orden de cosas, procedo a comunicarles dos decisiones que acabo de tomar, de las de tamaño fundamental. En primer lugar, les comento que he decidido experimentar con una nueva aproximación, levemente más conservadora, hacia la medicina recreativa, lo cual sin duda redundará en beneficio de todos. Y, en segundo lugar, sepan que he decidido engalanar mi fondo de pantalla con la imagen de, a ver cómo lo digo, dos tetas como dos soles. Ea. Asistentes al espectáculo de la reedición siglo XXI de la parada de los monstruos, habitantes de un tiempo en el que el deseo ya no se mide en incrementos de la frecuencia de los latidos del corazón sino en tamaños de píxel, no nos queda, hermanos, más opción que capitular y comenzar a rendir pleitesía al nuevo ídolo. Oh, gran Dios Píxel, por la presente yo, L.B., hijo de Leo y Nastia, edad 36 años, estado mental soltero, prometo serte fiel, en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y bla bla bla, hasta que la muerte nos separe, amén. Y eso. Que yo mucho mejor de lo mío.