
Mientras recogía sus cosas juraría que le he vislumbrado en el rostro una mueca de alivio.
Después he ido a devolver el regalo que le compré ayer, el que el arrebato no me ha dejado entregarle, y con ese dinero me he comprado una chaqueta príncipe de gales con forro color magenta. Luego he llamado a estos para quedar, pero ninguno estaba disponible, así que me he ido sólo al concierto de Two Gallants. Y allí me he encontrado con Diana. Y al principio nos hemos saludado con frialdad, pero tras un par de frases hemos recobrado sin esfuerzo la complicidad que siempre tuvimos. Y luego hemos ido a un bar cercano y allí hemos estado hablando de mis naufragios y de sus proyectos, de mis ausencias y de su madre, de mi tendencia al razonamiento circular y de su predisposición a la ternura, de mis tránsitos y de su trabajo.
¿Te acuerdas de que vivíamos juntos cuando me contrataron?
Más tarde, a la salida del bar, nos hemos despedido con un abrazo muy largo, muy bondadoso y muy sincero. Y después he echado a andar y tras un par de intentos fallidos he conseguido detener un taxi. Y afortunadamente no ha sido hasta que he cerrado tras de mí la puerta de casa que ha comenzado a desatarse la tormenta.