Salgo del cajón y reconozco, aquí y aquí, que disfruto con el viejo "Pa mi genio" de Carmen París, por eso de "tantas lágrimas me cuesta la pena que me estás dando, que me estoy muriendo de agua". Me encanta eso de morirse de agua. Nunca he sido capaz de confiar en los hombres que visten camisetas sin mangas ni en las mujeres que usan zapatos con cordones. Si alguna vez me han dado un buen consejo, ese fue "por mal que te vayan las cosas, jamás desees que pase el tiempo, que hay poco". Me confieso anónimo lector constante, y por tanto trato siempre de tener cuidado ahí fuera. Daría mi vida sin dudarlo un sólo instante porque mi camarera favorita tuviese un sólo segundo más de felicidad. Es mi camarera favorita porque en cierta ocasión le conté un chiste y me dijo "sos lindo". Mi ciudad favorita sigue siendo Berlín. Hace un par de días alguien me dijo "la soledad es algo que siempre se halla dentro, nunca en lo que te rodea" y, no sé, me gustó. En cierta ocasión tuve que ayudar a hacer una mudanza a la mujer de mi vida (ella no sabía que lo era, claro, creo), que se iba a vivir con su novio. Me hice toda la mudanza con la boca seca, creo que incluso hubiera podido morir de agua. Y no, no sé conducir, ni puta falta que me hace.
Ilustración de Arthur de Pins, vía Mira y Calla.
jueves, junio 08, 2006
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