lunes, febrero 20, 2006

Tres colores: negro

"El trabajo en cuestión consistía en la animación social de divorcios e inauguraciones fallidas, y allí que me encontraba, frente al entrevistador, un tipo calvo con una corbata torpemente anudada de quien me separaba una mesa de tamaño ciclopeo sobre la que se podía ver una foto suya, ataviado como un pescador y sujetando sonriente un pez de tamaño considerable. Tras decirle mi nombre y edad quiso que hablásemos de mis experiencias laborales, y más tarde comenzó a preguntarme por la naturaleza de mis fobias, y aunque pensé que aquello poco podía tener que ver con el trabajo en cuestión, le respondí con toda la sinceridad que llevaba encima. La conversación se iba desarrollando en un tono razonablemente amigable cuando comencé a caer en el hecho de que aquel hombre sudaba demasiado, y resoplaba, y su piel se iba tornando, cómo decirlo, verde. Y yo, tan concentrado como estaba, pensé que aquello era quizás una prueba más, quién sabe si para chequear mi capacidad de respuesta en entornos esquizofrénicos o algo, que ya se sabe que hoy en día las entrevistas de trabajo son cada vez más raras. O eso he leído en el periódico, que yo en realidad he hecho pocas. Así que seguí soltando mi rollo, y cuanto más hablaba más verde se iba poniendo aquel fulano, y al final, no te lo vas a creer, llegó un momento en que de su boca y orejas comenzaron a surgir unas plantas de aspecto muy saludable, que me recordaban vagamente a enredaderas y de cuyos tallos brotaban unos frutos pequeños de aspecto similar al de los tomates cherry, pero de color azul cielo. Ahí comencé a pensar en Humphrey Bogart, como hago siempre en estos casos, y fui capaz de mantener la calma y de seguir hablando como si nada. Así que al final me han dado el trabajo y empiezo el miércoles".

Eso me ha contado Sebas cuando me ha llamado por teléfono hace un rato, y antes de que pudiese preguntarle nada me ha dicho que tenía otra llamada, que me tenía que colgar, que a ver si salíamos a celebrarlo. Y, aunque pueda parecer raro, diré que estoy por creerme de pe a pa su historia, porque recuerdo que también una noche en un bar, los dos borrachos, me dijo que al día siguiente conocería a la mujer de mi vida, y conocí a dos.
blog comments powered by Disqus