lunes, agosto 27, 2007

Joystick

Un poco más despacio, así. Eso es lo primero que dice. Luego sigue. Pon tu mano aquí, no, un poco más arriba, más suave, déjame que yo, ponte así, no, espera, así, un poco más abajo. Me incorporo y me quedo sentado en la cama. Resoplo. Joder, qué infierno, digo. No, lo siento, lo siento, ven, dice ella. Rodea mi cuello con sus manos y me atrae de nuevo hacia sí. Apenas treinta segundos después vuelve a empezar. Déjame a mí, más despacio, un poco más a la izquierda, un momento, más rápido, espera un poco, más a la derecha. Me vuelvo a incorporar. Es insoportable. Me llevo las manos al rostro y comienzo a reírme, con una risa que contiene tanta hilaridad como hastío. Y entonces ella comienza a llorar. Al igual que hay gente que no soporta la visión de un animal agonizante o de un niño enfermo, para mí no hay imagen más devastadora que la de una mujer desnuda llorando. No llores, por favor, le digo. Déjame en paz, responde. Acaricio su hombro. Se aparta. Que me dejes en paz, dice. Ya no sé de qué va esto. No sé si debería disculparme o aguardar una disculpa. Tomo la sábana, retorcida a los pies de la cama, y se la echo por encima. Mejor así. Luego miro a mi alrededor. Contemplo los cuadros que tengo enfrente, Bobby Fischer, Gainsbourg, cuadros que he contemplado un millón de veces, que sabría reproducir al detalle, pero que hoy me parecen, no sé, diferentes. Me parece que están torcidos, eso es. También noto la luz escasa y la habitación demasiado pequeña. Ella vuelve a hablar. Soy gilipollas, siempre lo estropeo todo, dice. Y luego calla. Un silencio deliberado. Advierto que me encuentro ante una de esas personas que para disfrutar algo necesitan barnizarlo de trascendencia, forzando desbarajustes y tabicando laberintos de una dificultad moderada. Y con ese silencio me propone una salida para éste. Me invita a que le diga algo que le sirva de consuelo, quizás una broma que incluso nos haga retomar lo que hemos interrumpido, un aquí no ha pasado nada. Pero lo que de verdad me apetecería decirle es que se fuese.
blog comments powered by Disqus