Ayer me encontraba espanzurrado en el sofá con el kit no-conozco-a-nadie al completo (el mando a distancia, la camiseta raída de Popol Vuh y las viejas Converse verdes; los que somos elegantes de verdad lo somos hasta en la intimidad), cuando oí que alguien llamaba a mi puerta. Tan apaciblemente recostado como estaba, saboreando un viejo vhs de "Shadows", la de Cassavetes, y a punto de entrar en babeo, pasé de levantarme a abrir. Ya se irá, me dije. Pero no se fue, sino que aporreó la puerta con violencia y a continuación en un alarido exclamó "sé que estás ahí, B, oigo la tele, o me abres o tiro la puerta". Era M, echa una furia. Cuando abrí, primero dedicó unas palabras a mis antepasados, luego me hizo saber que la próxima vez que dejase el teléfono descolgado me iba a quemar la casa, y al final me dijo que ya estaba bien de tonterías, que tenía que alegrar el careto y que nos íbamos al cine.
No me apetecía un carajo ir al cine, para qué nos vamos a engañar, pero con el genio que tiene M ni se me ocurrió llevarle la contraria. Así que al final decidimos ir a ver V for Vendetta, o mejor dicho, lo decidió ella, que dice que es fan del comic. Yo para lo de los comics siempre he sido un miope, pero también he de reconocer que la gente que los lee suele ser bastante más interesante que la media, así que supongo que mi reticencia es más cosa de algún tipo de desinserción sobrevenida desde la pubertad que un prejuicio ante el género como tal. No sé. V de Vendetta. La chica de la peli es Natalie Portman, que es una chavala que sí, que está muy rica, pero que a mí me da bastante miedo. No me parece mala actriz, de hecho me han gustado un par de cosas que ha hecho, y en "Garden State" sin ir más lejos incluso me resultó altamente abrazable. Pero en general, eso, que me da miedo. Su mirada, su gesto, no sé, tiene un algo diabólico e inhumano que me espanta. Si me preguntan, para mí que es una avanzadilla de los ultracuerpos que vienen a invadirnos, nacida no de un vientre materno sino de una lechuga gigante. Así que he de concluir que me alegro de que sea actriz y no Secretaria de Estado de los USA o Presidenta de la CNN.
Y esto hace que recuerde a una amiga que valoraba mucho lo bueno que servidor es calando a la gente. Esta muchacha a menudo me decía cosas como "tenías razón, no sé cómo no vi antes que era un cabronazo" o "tenías razón, le traté de forma injusta, sí que es buena gente". En fin, que es una pena que al final sea tan bueno adivinando de qué va la gente como engañándome a mí mismo acerca de esas mismas personas, como me pasó con ella.
domingo, abril 09, 2006
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