Maria José Rienda es una esquiadora granadina, y a estas horas todas las rotativas reflejan el hecho de que acaba de batir el record de Blanca Fernández Ochoa, un record que hace cinco minutos ni Cristo sabía en qué consistía. En apenas diez días se celebran los Juegos Olímpicos de Invierno, y es tarea fácil el adivinar lo que viene ahora: páginas y páginas que nos relatarán en tono insoportablemente sensiblero lo muchísimo que costó a tan magnífica deportista (magnífica por única) llegar donde ha llegado, y quizás alguna que otra declaración de la propia Rienda pidiendo un apoyo institucional y de público para su deporte más ajeno a modas, y, por supuesto, las hordas de exigentes aficionados de salón, que lo más parecido que han visto en su vida a un esquí es un semáforo, que piensan que Rossignol es un tipo de seta, apostados frente al televisor esperando su fallo en la segunda manga, movidos tan sólo por el morbo de despedazar a un nuevo ídolo, ahora que Fernando Alonso está en la pretemporada. Por todo ello desde aquí te digo Maria José, guapetona, de blogger a blogger, que escapes de todo eso, ahora que aún estás a tiempo. Huye, corre, aunque sea tomando la vía Muehlegg (ese que cuando ganaba era Juanito y cuando perdía Johann): la del suicidio deportivo. Maria José, haz lo que sea por escapar y si no se te ocurre otra cosa mejor no lo dudes: ¡dópate!
Y si no me haces caso, pues nada, que eso, que suerte...
sábado, febrero 04, 2006
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