Hace tiempo me disparé en un brazo, y subió entonces hasta mi boca un regusto a plomo, carne quemada y humo. El sabor de la decepción.
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos:
sábado, diciembre 03, 2005
blog comments powered by Disqus
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)