Hace tiempo me disparé en un brazo, y subió entonces hasta mi boca un regusto a plomo, carne quemada y humo. El sabor de la decepción.Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos:
Hace tiempo me disparé en un brazo, y subió entonces hasta mi boca un regusto a plomo, carne quemada y humo. El sabor de la decepción.