sábado, noviembre 05, 2005

Life On Mars

Verónica Mars. Rubita de 1,55 que asiste a un colegio dominado por una multitud de niños pijos (uno hijo de un cantante famoso, otro del dueño de una empresa de software, otro un rico heredero). Ella formaba parte del juego, hasta que su mejor amiga es asesinada y el padre de Verónica, sheriff del pueblo, implica al poderoso padre de la víctima, sí, y tambien de su novio. El sheriff Jack Mars es entonces despedido, su madre les abandona, y pasa en ese momento a ser una apestada que va al colegio por las mañanas, donde su reputación se ve salpicada de mentiras y odios, y ayuda a su padre, ahora investigador privado, por las tardes. La serie transcurre entre nuevos casos, los amigos que va haciendo Verónica, y su deseo de resolver el caso que su padre dejó a medias y, claro, de encontrar a su madre. Suena mal, ¿verdad? Ya lo creo, fatal, horrible.

Pues me tiene enganchado. Porque mira que es dificil abstraerse al tremendo encanto de esa diecisieteañera canija (24 tiene en realidad Kristen Bell, la actriz), con sus pucheritos, su vocecilla malvada, sus modelitos, o sus ojillos revoltosos y semi-estrábicos. Pero aún hay más: la serie tiene un ritmo indudable, con capítulos tan antológicos como ese en el que sale nada menos que Paris Hilton haciendo de, claro, mega-pija con padres forrados (lo borda, no hay nada como imitarse a uno mismo cuando uno sabe bien quién es), y que vienen enmarcados en una banda sonora tremendamente efectiva, de la sintonía obra de Dandy Warhols, a las ocasionales aportaciones de bandas como French Kicks, Spoon, Radio 4, Postal Service, Ivy, Interpol...

Un mundillo la mar de interesante, con sus admiradores y sus detractores, y con un ingente número de páginas a la entera disposición del Mars-adicto: la de Rob Thomas, el creador (donde incluso se puede consultar la banda sonora capítulo a capítulo), Mars Investigations, Neptune High, Neptunesite...
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