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Pues me tiene enganchado. Porque mira que es dificil abstraerse al tremendo encanto de esa diecisieteañera canija (24 tiene en realidad Kristen Bell, la actriz), con sus pucheritos, su vocecilla malvada, sus modelitos, o sus ojillos revoltosos y semi-estrábicos. Pero aún hay más: la serie tiene un ritmo indudable, con capítulos tan antológicos como ese en el que sale nada menos que Paris Hilton haciendo de, claro, mega-pija con padres forrados (lo borda, no hay nada como imitarse a uno mismo cuando uno sabe bien quién es), y que vienen enmarcados en una banda sonora tremendamente efectiva, de la sintonía obra de Dandy Warhols, a las ocasionales aportaciones de bandas como French Kicks, Spoon, Radio 4, Postal Service, Ivy, Interpol...
Un mundillo la mar de interesante, con sus admiradores y sus detractores, y con un ingente número de páginas a la entera disposición del Mars-adicto: la de Rob Thomas, el creador (donde incluso se puede consultar la banda sonora capítulo a capítulo), Mars Investigations, Neptune High, Neptunesite...