Quedo con JM y Sebas para celebrar el cumpleaños de este último y bla bla blabla bla blabla bla bla y acabamos en un puticlub. Aunque pueda resultar paradójico, lo hacemos porque hoy no nos sentimos con el ánimo necesario para interactuar con el otro sexo. Tememos que si vamos a un bar al uso podamos encontrarnos allí con la mujer de nuestros sueños, y que ésta nos vea en tan deplorable estado. Abatidos, aburridos, dementes, sin chispa. Fatal. Así que preferimos convalecer en un lugar más caótico, uno en el que igual te cruces con una mirada asesina que con un cuñado, en el que igual asistas a una reyerta con dos muertos que a una despedida de soltero.
Una vez instalados (mesa de cristal tintado, sofás de skai, mosaicos de espejos en las paredes, todo en orden) pasamos a compartir nuestras inquietudes. El primero en tomar la palabra es Sebas, y lo hace con todo un clásico: "cuando pasen estas navidades, me retiro". Mientras habla, una señorita rubia llega, se sienta en sus rodillas y le atusa el flequillo. Sebas sigue hablando, totalmente ajeno a su presencia, y nos cuenta que hace poco estuvo en casa de los padres de su chica y que mientras hablaban de muebles de cocina, zas, su suegro se quedó dormido. Y que le pareció una imagen preciosa, tanto que él desde ahora quiere ser ese hombre, ese que come con su nuero y habla de muebles de cocina y se sienta en el sofá y se duerme. JM y yo le miramos como diciendo "no cuela", y la rubia le dice "cariño, tú lo que necesitas es un buen polvo". Nos reímos. Luego JM nos comenta que han pasado ya tres meses desde que decidió hacerse vegano, pero que empieza a preocuparse porque de repente se le pasan por la cabeza cosas muy raras, como que debería comprarse un perro, o hacer un viaje a Túnez, o, incluso, acudir a votar en las próximas elecciones generales. Sebas y yo le miramos como diciendo "pues sí que es grave lo tuyo, sí", y la rubia le dice "cariño, eso te lo arreglaba yo con un buen polvo". Nos reímos. Y a continuación yo les digo que estos días ando apostando por un nuevo enfoque con el que tratarme el naufragio sentimental. Yo hasta ahora conocía a una mujer que me gustaba, y a continuación, durante el tiempo que durase la relación, horas, días, meses, me dedicaba a sacarle defectos. Pero estos días, en cambio, vivo con una mujer que no me gusta, con la idea de, según pasen los días, ir encontrándole virtudes. Sebas y JM me miran como diciendo "nada, no tienes arreglo, estás tontísimo". La rubia, también.
jueves, noviembre 29, 2007
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